lunes, 22 de febrero de 2016

LA PROSA QUE SALE DEL CORAZÓN, NO DE LA MENTE.

Sentado al borde del mar:

Sentado al borde del mar, acompañado de mis pensamientos y sentimientos, de mis recuerdos y añoranzas, alguien se acercó a mí, de manera sigilosa e imperceptible, y sin darme cuenta, como sin querer,   me pregunto que me ocurría; susurrándome palabras de ánimo y aliento.
  
Me decía que no podía continuar así, que poco a poco me estaba destruyendo, que estaba dejando escapar las pocas ilusiones y esperanzas que pueden dar aún sentido a mi vida.

“… levántate y lucha” me grito susurrando, y a cambio secaré las lágrimas de tu rostro, con el compromiso por tu parte de no derramar ni una sola más".


Siempre estaré contigo, añadió, y si el dolor y la desesperanza hacen de nuevo presencia en tu vida, no tendrás ni que llamarme, porque de nuevo estaré a tu lado, susurrándote nuevas palabras de ánimo y aliento, y de nuevo secaré tus lágrimas, pero esta vez las que te broten del corazón, solamente las que merezcan la pena.


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